Culturas de la chiquitanía y el Chaco

Los guarayos, que habitan una zona fronteriza entre los departamentos del Beni y Santa Cruz, tienen origen tupíguaraní.

La tradición cuenta que descienden de una rama de los guaraníes, llegados a la región que actualmente habitan en una de las migraciones que realizaba este pueblo en busca de la Tierra sin Mal.

Los ayoreos, cuya lengua, el zamuco, pertenece a un grupo lingüístico aislado, ocuparon vastas regiones de las llanuras centrales y del Chaco, sin llegar a conformar una vida propiamente sedentaria.

Guaraníes y chanes

Los guaraníes se asentaron en las estribaciones de los Andes orientales, en los valles cálidos y mesotérmicos de los actuales departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, y en la región del Chaco, perteneciente a los mismos departamentos.

Actualmente, constituyen el grupo más numeroso de la región. Su idioma es el guaraní, aunque éste guarda algunas diferencias con el que se habla en las comunidades de Brasil, Paraguay y Argentina. A la familia lingüística tupí-guaraní se le asigna una antigüedad de 2.500 años.

Provinieron de tres rutas migratorias: la del Matto Grosso, la del Chaco y la del río Pilcomayo. Los guaraníes ocuparon el Chaco entre los siglos XI y XIV, cuando sometieron a los chané (etnia de origen arawak) y se fundieron con ellos.

Los mestizos de chané y guaraní fueron llamados chiriguanos, denominación que se usó por extensión para todo el pueblo guaraní del Chaco boliviano hasta hace pocos años, cuando se desechó por ser considerada por los propios indígenas como un gentilicio despectivo.

La Tierra sin Mal

Durante muchos años, los guaraníes fueron nómadas, migrando constantemente en busca de la Iby maraei o “tierra sin mal”, un lugar en el que se hallaría el bienestar y la felicidad del pueblo.

Según Heléne Clastres, es “un lugar privilegiado, indestructible, donde la tierra produce por sí misma y donde no hay muerte”.

Organización social y económica

Los pueblos guaraníes fueron autónomos e independientes entre sí. Se organizaron en tentas o comunidades, pero nunca llegaron a conformar una estructura política que los vinculara como Estado.

Su organización social y política giraba en torno a la figura de un jefe o mburuvicha, que sería llamado más tarde “capitán” por los españoles. Los aspectos religiosos de la vida comunitaria eran regidos por un sacerdote llamado ipaje o mbaecuá.

Los chané se dedicaban a la agricultura y la artesanía, mientras que los guaraníes se encargaban de la guerra. Así, se creó una división jerárquica entre conquistadores guaraníes y dominados chané.

Los guaraníes vivían agrupados en grandes viviendas o malocas, que correspondían a unidades de parentesco extendidas (familias con tíos, primos, abuelos, etc.).

Cada una de estas malocas podía tener entre 50 a 60 metros de largo por unos 20 a 25 de ancho, y estaba ocupada por unas 250 personas. Una tenta podía estar conformada por una sola maloca, pero las más pobladas llegaron a tener hasta catorce. Parte de la cosecha, sobre todo de maíz y porotos, era guardada en depósitos comunales.

A pesar de los intentos de los incas por conquistar al pueblo guaraní, con las avanzadas del periodo de Túpac Yupanqui y Huayna Cápac, éstos siempre mantuvieron su independencia con respecto a los pueblos de las tierras altas, a quienes desafiaron en varias oportunidades.