La construcción de la república

La salida del Mariscal Sucre de Bolivia y la presión del Gral. Agustín Gamarra que tras invadir el país pretendía la anexión de Bolivia al Perú, abrió un tiempo complejo y altamente inestable en el país en el periodo abril de 1828- mayo de 1829.

Los interinatos del Gral. José María Pérez de Urdininea y el Gral. José Miguel de Velasco, dieron lugar a la reunión de una asamblea general en diciembre de 1828 que dejó sin efecto la primera elección del Mcal. Andrés de Santa Cruz (agosto de 1828) y eligió Presidente al Gral. Pedro Blanco, cuya tendencia era aceptar las presiones de Gamarra y la influencia decisiva del Perú en el destino de la joven nación.

El asesinato de Blanco apenas cinco días después de su posesión cambió dramáticamente el rumbo de las cosas. La asamblea reconoció la elección original de Santa Cruz y entregó el mando al Gral. Velasco que había sido elegido su vicepresidente. Santa Cruz llegó a Bolivia en mayo de 1829 y el 24 de ese mes fue posesionado como Presidente constitucional de Bolivia.

Con esta decisión, la tensión entre Gamarra y Santa Cruz, que reflejaba la posición anexionista del Perú (Gamarra) y la integracionista de Bolivia (Santa Cruz) se resolvería por el segundo camino.

La presidencia de Andrés de Santa Cruz

Santa Cruz fue el inició la construcción de la nación. Hasta su llegada al mando el país estaba sumido en el desorden, el déficit fiscal crónico, un ejército incipiente y desorganizado y una absoluta carencia de base institucional y legal.

El único punto de referencia era la Constitución bolivariana proclamada en 1826. Los dos objetivos fundamentales del Mariscal de Zepita fueron la consolidación y fortalecimiento del país y hacer posible la confederación entre Bolivia y Perú.

Entre 1829 y 1835, Santa Cruz emprendió una tarea verdaderamente titánica. En su gobierno se dictaron dos constituciones, la de 1831 y la de 1834 que sustituyeron la concebida por el Libertador.

La tarea de redacción de códigos inspirados en los códigos napoleónicos, colocó a Bolivia a la vanguardia de las naciones sudamericanas al ser el primer país del continente en contar con códigos civil, penal, de procedimientos, mercantil y de minería. En 1831 creó el departamento de Tarija que había decidido voluntariamente integrarse a Bolivia rechazando la opción de formar parte de la Argentina.

Su obra económica partió de la idea de ordenar el manejo del erario público votando los presupuestos en el congreso y manejando el tesoro con gran escrupulosidad. El ministro José María de Lara se ocupó de ese trabajo.

Esa sola medida superó los graves déficits fiscales anteriores. Su política económica fue inicialmente proteccionista en un intento de impulsar la industria (particularmente textil), pero progresivamente fue abriendo fronteras en la medida en que la producción local no era competitiva. Fomentó la producción minera y en particular la de oro. Creó el primer banco del país, el Banco de Circulación y varios de rescate de minerales.

Consciente de la importancia que tenía para el país una vinculación con el mar, declaró al puerto La Mar (Cobija), como puerto franco con un arancel único y lo visitó personalmente. Regularizó la propiedad de la tierra en el agro declarando propietarios a los caciques que demostraran posesión de por lo menos diez años de sus tierras.

La creación de la moneda feble (acuñación de moneda con menor ley del metal de plata) fue a la larga contraproducente, pues terminó desvalorizando la moneda boliviana, generando un valor artificial e inflacionario al circulante. En sus nueve años y medio de gobierno promovió dos censos, el de 1831 y el de 1835. La población bordeaba el millón de habitantes.

En la educación superior creó la primera universidad en tiempo de la República, la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz (1831) y luego la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba (1832).

Su imponente personalidad y la tarea de organizador le ganó el respeto de naciones europeas con las que abrió relaciones como Inglaterra y Francia o americanas como Estados Unidos.

Si bien el ejército boliviano nació al regularizarse las fuerzas revolucionarias que nos dieron la independencia, el verdadero ordenamiento militar se dio a partir de 1829 con un reglamento estricto, la contratación de oficiales extranjeros como Otto Felipe Braun y otros. En pocos años su modernización y pertrechamiento lo convirtió en una de las fuerzas militares más poderosas de Sudamérica.