La independencia y la consolidación de la república
Entre 1779 y 1781 se produjeron levantamientos indígenas a la cabeza de personajes como Tomás Katari, Tupac Amaru y Tupac Katari, que se oponían al cobro excesivo de tributos, los abusos de la mita y el desconocimiento de otros derechos.
Los levantamientos fueron controlados por los españoles pero antecedieron a las luchas independentistas del Siglo XIX.
Si bien la independencia norteamericana y los ideales de la Revolución Francesa influyeron en la emancipación, su influjo fue accidental y obró solo como estimulante en una sociedad cuya disgregación ya estaba en marcha.
El año de 1808 Napoleón invade España y el rey Carlos IV abdica en favor de su hijo Fernando VII. En 1808 se reúne las Cortes de Cadiz que tenían una inspiración liberal y que intenta conseguir la adhesión de las provincias americanas, para lo que envía a Charcas a Goyeneche. El objetivo no tuvo éxito, así como la pretensiones de Carlota de Braganza que intentaba anexionar Charcas al Brasil.
La misión de Goyeneche fue el detonante que produjo una inmediata reacción en las Oidores de Charcas y que precipitó el levantamiento Chuquisaca en mayo del 1808, seguido inmediatamente por el de la Paz, en julio del mismo año, el cual fue duramente castigado.
Charcas después de las violentas represiones de 1810 queda en manos de las guerrillas por un lado y de los realistas por otro. Entre los guerrilleros hay que destacar la actuación de Juana Azurduy de Padilla en la zona de Chuquisaca, Warnes en Santa Cruz, y Lanza y los guerrilleros de Ayopaya en la zona de la Paz y Cochabamba.
Hay un intento de liberar a la Audiencia desde Buenos Aires, pero los cuatro ejércitos auxiliares que se envían fracasan. A partir de ese momento el Alto Perú, actual república de Bolivia, queda aislada como reducto del poder hispánico hasta la llegada de ejércitos libertadores, y son solo las guerrillas las que mantienen la guerra.
Por su parte el ejército realista estaba dividido entre liberales y absolutistas, vale decir entre aquellos que acataban las directivas de Cadiz y los que se plegaron al rey Fernando que había optado por el absolutismo. En el primer grupo estaba el Virrey La Serna y el general Valdez, en tanto que Pedro de olañeta era partidario del rey y del absolutismo.
Esta era la situación el año de 1821 cuando Bolívar, después de las batallas de Boyacá y Carabobo emprende su gran sueño: la libertad de América. Atravesando Colombia llega a Quito encomendando su ejército al Grl. José Antonio de Sucre, quien vence en Pichincha. En esta batalla estuvo el Mariscal Andrés de Santa Cruz.
Después de la reunión en Guayaquil (1822) con San Martín, Bolívar bajo hasta Lima donde fue recibido con cierto recelo. El Virrey la Serna se había retirado a Cuzco.
Es entonces que el general Pedro de Olañeta que controlaba el Alto Perú se rebela. Valdez va a enfrentársele; Olañeta se retira al sur, hasta Cotagaita, donde es asesinado. Con su muerte el camino a la Audiencia de Charcas, conocida entonces como Alto Perú, que expedito.
El mismo año que muere Olañeta se dan las batallas de Junín y Ayacucho, y Bolívar decide enviar a Sucre para liberar al Alto Perú. Antes de su muerte el general Olañeta había enviado a su sobrino Casimiro y conseguir refuerzo de armas, éste desvía su camino y sale al encuentro de Sucre que con sus tropas se aprestaba a ocupar el Alto Perú.
Ambos se encuentran en el Desaguadero, ambos cabalgaron rumbo a la ciudad de la Paz donde se emitió el decreto del 9 de febrero que pide que las provincias altoperuanas decidan su destino.
Mucho se ha escrito sobre la influencia que pudo tener Olañeta sobre Sucre para que el decreto se emitiera en esta forma; en todo caso, Sucre vio a través de él el deseo de autonomía que tenían los altoperuanos.
De acuerdo al decreto se eligieron los representantes para la Asamblea que tuvo lugar en Chuquisaca, la que estuvo presidida por Mariano Serrano. Olañeta participó en la Asamblea, la que por mayoría determinó que Charcas se separaba tanto del Bajo Perú (antiguo Virreinato) como de las Provincias del Río de La Plata ( que con anterioridad habían formado el Virreinato de Buenos Aires). El acta se firmó el 6 de agosto de 1825.
Bolívar había cruzado el desaguadero y las poblaciones en masa salían a recibirlo. El libertador se dirigió a Potosí a cumplir su promesa de visitar el famoso cerro. Bolívar fue el primer presidente de Bolivia y durante su mandato promulgó la Constitución Vitalicia que cuando el libertador abandonó el país, se derogó.
En mayo de 1826 el Congreso encargó el mando de la nación al General Sucre. Durante l gobierno se Sucre se crearon, en base a las antiguas intendencias, los departamento de Chuquisaca, La Paz, Potosí, Cochabamba, Santa Cruz y Oruro.
Confiscó parte de los bienes de la Iglesia Católica y expulsó a los miembros de las órdenes religiosas, con excepción de los franciscanos. Esta medida le trajo el rechazo de la iglesia y de los sectores conservadores, por otra parte, las tropas colombianas que aun se mantenían en Bolivia sin una función aparente estaban descontentas, llegando a sublevarse el destacamento de Voltígeros. Por otra parte la manutención de estas tropas era muy onerosa para Bolivia.
En el campo internacional Perú se aprestada para una guerra con Colombia por lo que le resultaba incómoda la presencia de tropas colombianas en Bolivia. Gamarra se aproximó a la frontera, ante lo cual Sucre arregló una entrevista con él, a su regreso sufrió un atentado en el que fue herido en el brazo.
Gamarra entonces avanzó con sus tropas hasta Oruro, las tropas bolivianas comandadas por Urdininea y Blanco lograron detener a Gamarra y firman, en 1828, el tratado de Piquiza el cual estipulaba la salida de las tropas colombianas de Bolivia.
Sucre renunció al mando y abandonó el país quedando Pérez de Urdininea como jefe del consejo de ministros. Con estos hechos la república de Bolivia quedó, finalmente, en manos de los bolivianos.