El péndulo entre el viejo orden y la revolución
La guerra dejó una terrible sensación de fracaso en el país, pero sobre todo despertó una nueva conciencia en una sociedad que se confrontó por primera vez en el campo de batalla con la realidad de sus diferencias étnicas y sociales, la clase media estuvo cara a cara con la mayoría quechua aymara que no sabía por qué y por quien peleaba. Simultáneamente, las corrientes de pensamiento europeas, marxismo y fascismo penetraban en la sensibilidad de una joven elite intelectual.
En este contexto, en mayo de 1936 se produjo el golpe de estado protagonizado por el Cnl. David Toro que había integrado el mando en la guerra, que marcó dos cosas, la intención de los militares de evitar cualquier fiscalización de los civiles a su fracaso en la guerra y el giro hacia ideas nacionalistas que serían decisivas en la historia del siglo XX.
La corriente abierta por Toro se definió como “socialismo militar”, era en realidad una línea nacionalista no exenta de las ideas fascistas en boga entonces. La medida fundamental de su gobierno fue la nacionalización del petróleo, expulsando a la Standard Oil, fue la primera nacionalización que se hizo en toda América Latina.
Paralelamente creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la empresa estatal del petróleo. Amplió sustancialmente el número de ministerios, creó el ministerio de Trabajo y colocó en el cargo a un obrero fabril, Waldo Álvarez, que aprobó el código de trabajo e hizo la sindicalización obligatoria, creó también el ministerio de Minas y Petróleos. Fue un salto importante en la lógica de una sociedad excluyente y elitaria en el manejo del poder.
Creó también, al estilo de la Alemania nazi, el rubro de propaganda dependiente de RR.EE. Era en un sentido mucho más abierto que el de Siles, la irrupción de una nueva generación que se hacía cargo de los asuntos del estado.
Los socialistas de Enrique Baldivieso acompañaron a Toro en este esfuerzo. La caída de su gobierno como un frágil castillo de naipes en julio de 1937, hace pensar que estuvo siempre hipotecado a la fuerte personalidad y la popularidad arrolladora de su protegido el Tte. Cnl. Germán Busch, héroe de guerra, temerario y de carácter volatil. Llegó a la presidencia a los 33 años.
Busch demostró muy pronto que no era fácilmente manejable y mantuvo la línea de Toro. No tuvo contemplaciones con los opositores, desterró a Saavedra y sofocó un levantamiento de Toro fusilando a uno de los sublevados, llamó a palacio y golpeó sin contemplaciones al viejo escritor Alcides Arguedas que lo criticaba.
A su lado se alinearon intelectuales de la talla de Baldivieso, Augusto Céspedes y Carlos Montenegro. En su gobierno se firmó la paz con el Paraguay, en lo económico tuvo que combatir un proceso de inflación moderada.
El 24 de septiembre de 1938 creó el departamento de Pando consolidando la unidad política del país hasta hoy.
En 1938 convocó a una asamblea constituyente para modificar en esencia la Constitución de 1880 que solo había sufrido cambios parciales en 1921 y 1931. La asamblea reunió a una generación distinta y fue tan importante como la del 80.
Allí estuvieron Renato Riverín, Valdivieso, Céspedes, Carlos Medinacelli, Fernando Siñani y los futuros presidentes Walter Guevara y Víctor Paz Estenssoro. El nuevo texto cambió la orientación liberal de la carta magna y subrayó la responsabilidad social del estado, limitó la propiedad privada insertando el concepto de la propiedad como derecho social, planteó la obligatoriedad de salud y educación por parte estatal. Era el comienzo de la era del intervencionismo estatal.
En abril de 1939 se declaró dictador, el 7 de junio de ese año dictó el decreto de obligación de entregar el 100 % de las divisas producto de las exportaciones al estado, afectando a la gran minería. En agosto de 1939 se suicidó en su casa. La sucesión fue resuelta por la fuerza del poder militar que instaló a Carlos Quintanilla en el gobierno.
Rápidamente se dejó en suspenso el decreto del 100 % de las divisas y se autorizó la libre exportación. El Gral. Bilbao, héroe de guerra y probable candidato presidencial, fue vejado y exiliado del país. Las fuerzas conservadoras se organizaron para las elecciones de 1940 y reunidas en la llamada concordancia, proclamaron candidato a Enrique Peñaranda que ganó las elecciones frente a José Antonio Arze, marxista.
El periodo 1935-1941 fue rico en el ámbito político y marcó el nacimiento de los partidos que sustituirían a liberales y republicanos. En 1935 nació el Partido Obrero Revolucionario de tendencia radical trotskista, en 1937 Falange Socialista Boliviana inspirada en el fascismo y la falange española.
En 1940 el Partido de Izquierda Revolucionaria de inspiración marxista soviética y en 1941-42 el Movimiento Nacionalista Revolucionario, nacionalista con alguna influencia fascista, que se convertiría en el partido más importante del siglo XX.
Peñaranda llegó al gobierno coincidiendo con la segunda guerra mundial, su gobierno se alió rápidamente a Estados Unidos e indemnizó a la nacionalizada Standard Oil. a título de contribución con los aliados, Bolivia tuvo que aceptar precios ridículos por el estaño en un momento en que era el único productor mundial importante de occidente, dado que Malasia estaba bajo control de los japoneses. Se adoptó el plan de desarrollo planteado por el norteamericano Marvin Bohan y se creó la Corporación Boliviana de Fomento.
Dos episodios mancharon gravemente esta gestión, el putsch nazi, una trama hecha por un agente inglés para descalificar al MNR acusando al Myr. Elías Belmonte de conspirar junto a la embajada alemana contra el gobierno.
En 1942 una huelga en Catavi-Siglo XX, mina de Patiño, desató una de las mayores masacres de la historia de la minería con intervención del ejército. El saldo fue la muerte de por lo menos una veintena de trabajadores y medio centenar de heridos.
Nunca se conocieron cifras oficiales. En diciembre de 1943, una alianza entre una logia militar radical denominada Razón de Patria e integrada por jóvenes oficiales y el MNR, derrocó a Peñaranda e impuso en la presidencia al Myr. Gualberto Villarroel.
Villarroel retomó la línea de Toro y Busch y enfrentó muy rápidamente la hostilidad de Estados Unidos que lo acusaba de simpatías por el nazismo.
Tras seis meses de ardua negociación, el reconocimiento vino tras obligar a la salida de Montenegro y Céspedes del gabinete, figuras prominentes del movimientismo en el gobierno. El ministro más importante de ese partido fue Víctor Paz Estenssoro en Economía (el MNR estuvo fuera del gobierno entre abril y diciembre del 44).
En 1944 se creó la Federación de Mineros, liderada por Juan Lechín y en 1945 el gobierno organizó el primer congreso indigenal, en el que se abolió el pongueaje (régimen de explotación de los campesinos que vivían en haciendas y eran usados gratuitamente por los hacendados).
Las tensiones políticas condujeron a algunas acciones conspirativas que produjeron una brutal reacción del gobierno, que en 1944 asesinó fríamente en el camino a Yungas a cuatro prominentes figuras, Luis Calvo, Félix Capriles, Rubén Terrazas y Carlos Salinas, lo que se sumó al ajusticiamiento de 10 insurrectos en Oruro.
Estos hechos terminaron por debilitar y acorralar al gobierno. Las fuerzas de derecha en peculiar alianza con el PIR, organizaron acciones permanentes de protesta, hasta que el 21 de julio de 1946 una turba invadió palacio, asesinó al Presidente y sus dos edecanes, lanzó el cadáver por un balcón a la plaza y lo colgó de un poste de luz. Fue el episodio más terrible en la historia de los presidentes de Bolivia.
El periodo 1946-1952 fue el último intento por el restablecimiento del viejo orden, primero bajo una junta civil presidida por Néstor Guillén y luego por Tomás Monje, ambos representantes de la Corte de Justicia. La junta convocó a elecciones que ganó muy estrechamente Enrique Hertzog sobre Luis Fernando Guachalla.
Hertzog no pudo conjuncionar la alianza conservadora, lo que provocó siete cambios de gabinete en un periodo de algo más de dos años. El MNR estaba en plena organización en sectores populares y en centros mineros. El gobierno apenas pudo impulsar obras como la carretera Cochabamba-Santa Cruz. Finalmente, presionado por las fuerzas políticas tuvo que renunciar al cargo a favor de su vicepresidente Mamerto Urriolagoitia aduciendo razones de salud.
Urriolagoitia actuó con dureza, congeló salarios y prohibió el cierre de fábricas. En política internacional negoció sin éxito una solución a la mediterraneidad que se quebró por el pedido de Chile de usar aguas del Titicaca para riegos en su parte norte. Presidió el censo de 1950 que arrojó un resultado de tres millones de habitantes, predominio rural, alto grado de analfabetismo y una población aymara y quechua superior al 65 %. Todavía el oriente no mostraba signos de crecimiento significativo, La Paz tenía ya 320.000 habitantes.
En 1949 el MNR se sublevó en todo el país y llegó a organizar gobierno en Santa Cruz. La llamada guerra civil demandó una acción violenta del ejecutivo que llegó a bombardear por aire Santa Cruz y Cochabamba. Casi veinte días tardó en restablecer el orden.
La convocatoria a elecciones en 1951 confrontó a las fuerzas tradicionales con el MNR. La candidatura de Paz (que estaba exilado en la Argentina) y Hernán Siles Zuazo como vicepresidente, obtuvo el triunfo por mayoría relativa frente a Gabriel Gosalvez. Urriolagoitia se negó a aceptar siquiera que el parlamento se reúna para elegir Presidente y dio un autogolpe, entregando el mando a las Fuerzas Armadas que colocaron en la presidencia al Gral. Hugo Ballivián. Fue el interregno final antes de la Revolución.
Ballivián convocó a elecciones, pero estas nunca se realizaron. Una conspiración entre el ministro de Gobierno Antonio Seleme y el MNR con Siles a la cabeza, transformó un golpe de estado en una insurrección popular.
Entre el 9 y 11de abril de 1952 se combatió fieramente en las calles de La Paz y Oruro. El pueblo, los mineros de Milluni y carabineros de la policía sumados a la rebelión, lograron derrotar al ejército en heroicas acciones callejeras. El saldo del enfrentamiento fue 490 muertos y casi 1.000 heridos. La Revolución Nacional.
El nuevo gobierno revolucionario del MNR instaló en palacio a Paz y Siles. Las ideas gestadas en los años treinta y cuarenta comenzaban a hacerse realidad.
El primer paso fue el decreto del voto universal el 21 de julio de 1952, con esta medida se rompía la democracia excluyente y calificada del pasado, otorgando el voto a la mujer, a los analfabetos y haciendo elegible a cualquier ciudadano mayor de edad. De 130.000 electores en 1951 se pasó a 960.000 en 1956.
El otro objetivo clave era tomar el control total de la economía por la vía de descabezar a los tres grandes mineros del estaño, se consideraba que solo un estado fuerte, dueño de sus recursos naturales y de sus empresas de producción, podría desarrollar el país. Por eso, el 31 de octubre de 1952 Paz firmó el decreto de nacionalización de las minas, con lo que el 80 % de los ingresos de las exportaciones y los recursos del subsuelo pasaron a poder del estado.
Acto seguido se creó Comibol la empresa minera estatal, se estableció el control obrero con derecho a veto, se despidió y recontrató a todos los trabajadores lo que le demando una fuerte erogación al erario.
En Agosto de 1953 se tomó la medida más trascendental del gobierno revolucionario, la reforma agraria que devolvió la tierra a los campesinos, de ese modo se incorporó a casi 2.000.000 de bolivianos a la economía, como el voto los había incorporado a la política. Fue un paso de liberación de la mayoría de los bolivianos.
En 1955 se dictó un nuevo código de la educación. La educación universal y obligatoria, la instalación de núcleos escolares rurales para los campesinos, marcaron un giro fundamental que universalizó un derecho esencial que había estado restringido y planteado discriminatoriamente a partir de la idea de una educación especial para los indígenas.
Otro de los objetivos básicos de la Revolución fue la diversificación económica y la vertebración del país. La inauguración de la carretera Cochabamba-Santa Cruz (la primera ruta asfaltada del país), permitió un acceso al oriente que marcó el impulso de crecimiento de Santa Cruz de la Sierra.
Se construyó un ingenio azucarero, se impulsó la producción de petróleo hasta lograr exportarlo con el oleoducto a Arica. Se transfirieron fondos de Comibol para todo este proceso que si bien ayudaron a esta tarea, descapitalizaron a la empresa de la minería.
Junto a estas medidas se vivió el nacimiento de la Central Obrera Boliviana (abril de 1952), la creación de milicias mineras y campesinas, el cierre del colegio militar y la baja de más de 500 oficiales para reorganizar el ejército.
El colegio militar se reabrió en 1954. El costo de la Revolución fue alto, un proceso hiperinflacionario que llevó al boliviano a devaluarse en un 900 % en los cuatro años de gobierno de Paz. Los intentos de conspiración de FSB y sectores dentro del propio MNR, condujeron a la adopción de medidas represivas sin precedentes al abrirse campos de concentración en las minas y el altiplano, donde se vejó y torturó a centenares de presos.
En 1956 se realizaron las primeras elecciones con voto universal. Siles Zuazo obtuvo una abrumadora mayoría (82 %) ante el impacto de las medidas de cambio sobre todo a favor de los indígenas. Su tarea fue dura, implantar un programa de estabilización monetaria que superase la crisis económica.
Esto lo enfrentó a la izquierda del MNR que se opuso al plan diseñado por el asesor norteamericano Jackson Eder. El Presidente tuvo que iniciar una huelga de hambre para lograr su objetivo que provocó la renuncia de Ñuflo Chávez, su vicepresidente. El plan tuvo éxito y la moneda se estabilizó, manteniendo el tipo de cambio de 12 pesos por dólar hasta 1972.
En este periodo se aprobó un nuevo código del petróleo muy liberal para la inversión externa, se aprobó el código de seguridad social y una ley de cooperativas. La extraña muerte del jefe de FSB Oscar Unzaga de la Vega, que se dijo se había suicidado en una casa donde se hallaba oculto y los hechos de sangre de cuartel Sucre en La Paz y Terebinto en Santa Cruz, mancharon el gobierno del Presidente Siles. En esos días se produjo la exitosa lucha de los cruceños por las regalías del petróleo.
En 1960 se convocó a elecciones, las tensiones internas del MNR llevaron a Paz a volver a candidatear para resolver el conflicto entre izquierda y derecha, postergando las aspiraciones de Wálter Guevara, quien rompió con su partido y creó el Partido Revolucionario Auténtico, presentándose a elecciones.
Paz ganó cómodamente y ocupó por segunda vez el cargo. Paz pensó que después de los grandes cambios era necesario institucionalizar la Revolución (el modelo mexicano fue permanente como ejemplo para los bolivianos). Su primera medida fue una nueva Constitución (1961) que incluyó las minas nacionalizadas como patrimonio del estado, reconoció el voto universal y las milicias populares y estableció la reelección.
La crisis de Comibol, sujeta a graves pérdidas y altos costos de producción por una burocracia excesiva, baja de ley de mineral y obsolescencia tecnológica, condujo al intento de reestructuración a través del plan triangular con la participación del BID y el gobierno alemán.
En 1962 se hizo conocer el plan decenal, el primer plan que planteaba en el largo plazo el desarrollo del país y establecía la premisa de lucha contra la pobreza, en la lógica del desarrollismo bajo planificación estatal. Ese mismo año un desvío arbitrario de las aguas del río Lauca llevó a Bolivia a romper relaciones con Chile.
La idea equivocada de que él era el único que podía conducir el plan decenal, llevó a Paz a ir a la reelección en 1964, lo que dividió radicalmente a su partido y lo enfrentó con Siles, Guevara y Lechín. Ganó la elección como candidato único con el Gral. René Barrientos como vicepresidente, pero apenas tres meses después, en noviembre fue derrocado por Barrientos y el Gral. Alfredo Ovando, apoyados por las FF.AA., la oposición interna del MNR y varios sectores de la clase media. Demasiados años de gobierno, altos niveles de corrupción y un cierto distanciamiento con obreros y mineros, terminaron con su gobierno.
En esos doce años la ayuda económica de los Estados Unidos fue decisiva. Desde que en 1953 comenzó como donaciones, hasta los créditos de los sesenta, la ayuda convirtió a Bolivia en altamente dependiente, al punto que el tesoro vivía de esos créditos incluso para poder pagar salarios de la administración pública.