Los republicanos
En 1920 el proceso conspirativo infatigable de los republicanos se tradujo en un golpe de estado ejecutado con mucha facilidad, que llevó al poder a una junta compuesta por Bautista Saavedra, Manuel Ramírez y José María Escalier.
Casi veintiún años de gobierno ininterrumpido de los liberales terminó por agotar y debilitar a uno de los dos partidos políticos más importantes de la historia republicana de Bolivia.
La llegada de los republicanos al gobierno encontró a la nación bajo la égida del poder del estaño. Patiño era ya a mediados de los años veinte uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo.
El volumen de producción de sus minas de estaño era clave en el mercado mundial que él mismo controlaba, sus intereses trascendieron nuestras fronteras y tocaron varios países, su sede empresarial en Estados Unidos y Francia, era propietario de minas en Malasia y fundiciones de estaño en Estados Unidos y Gran Bretaña y del más importante complejo minero en el país.
Con un record máximo de 48.000 toneladas producidas en un año, Bolivia se convirtió en el segundo productor mundial de estaño, para entonces 22.000 obreros trabajaban en las minas bolivianas.
Con una población de 2,1 millones de habitantes y su principal ciudad La Paz con 135.000 almas en permanente y pujante crecimiento, la sociedad comenzó a conocer los atisbos de una clase media urbana.
La junta convocó a una asamblea que eligió Presidente de entre tres candidatos Saavedra, Salamanca y Escalier. Como resultado de esa elección fuertemente manipulada por Saavedra, surgió éste como Presidente y el Partido Republicano Genuino de Salamanca como opositor.
El gobierno de Saavedra estuvo signado por la inestabilidad y la violencia, le tocó un periodo turbulento y no tuvo contemplaciones para someter a los revoltosos. Las viejas reivindicaciones federalistas de Santa Cruz inauguradas por Andrés Ibañez en el siglo pasado resurgieron en un movimiento liderado por Cástulo Chávez que fue controlado.
Se vivieron también las masacres de Jesús de Machaca en 1921 en contra de comunarios campesinos y la de Uncía de 1923 que fue la primera represión sangrienta en la minería privada. Las condiciones económicas continuaron críticas e igual que Montes, Saavedra apeló al crédito externo con el famoso y polémico empréstito Nicolaus por 33 millones de dólares que permitió pagar deuda anterior, reducir el déficit fiscal y culminar obras de infraestructura como la conclusión del ferrocarril a la Argentina por la vía de Villazón.
Saavedra transfirió ilegalmente la concesión petrolera que en 1920 se le había dado a Levering, a la Standard Oil, empresa que entre 1922 y 1937 apenas invirtió 17 millones de dólares. El primer pozo se perforó en 1922 y el primero productivo, el de Bermejo, en 1924.
El crecimiento del movimiento obrero se tradujo en la creación de la Federación Obrera del Trabajo y en la primera gran huelga ferroviaria de 1921. Pero el Presidente, cuya formación sociológica le permitió vislumbrar los desafíos de su tiempo, impulsó y aprobó leyes como la de accidentes de trabajo, la reglamentación de huelgas y de conflictos entre el capital y el trabajo, la jornada de ocho horas, la regulación del trabajo de mujeres y niños y el ahorro obligatorio pionero de la idea de pensiones y jubilación.
Esas medidas le generaron un importante respaldo popular y una percepción distinta de la gente hacia el poder gubernamental. Aunque en general Saavedra vivió la paradoja entre la represión y las medidas sociales de avanzada.
El fin de su gobierno coincidió con el centenario de la republica que pasó casi desapercibido por el turbio clima político de la época. Las elecciones de ese año le dieron el triunfo a Gabino Villanueva del oficialismo. El Presidente celoso por la línea de independencia de pensamiento de Villanueva apeló a una argucia legal y anuló la elección. Se hizo cargo del mando interinamente el presidente del senado Felipe Segundo Guzmán que convocó a elecciones.
En enero de 1926 triunfó el candidato republicano Hernando Siles, quien se desembarazó rápidamente de la figura de Saavedra desterrando a su vicepresidente Abdón Saavedra, que era hermano del exmandatario.
Rodeado por un grupo de jóvenes intelectuales en los que germinaban las ideas nacionalistas, creó el Partido Nacionalista con el que intentó prorrogarse en el poder. Como su antecesor, el gobierno contrató un crédito por 13 millones de dólares.
Los republicanos marcaron el nivel más alto de endeudamiento en el país en la primera mitad del siglo XX, con ese dinero superó el déficit fiscal, continuó la construcción de infraestructura ferroviaria y caminera y modernizó el parque bélico del ejército.
La misión del norteamericano Wálter Kemerer creó el Banco Central, estableció una ley de presupuesto y creó la Contraloría para el control y fiscalización de la administración estatal. Los proyectos de penetración al oriente tuvieron que ver con la construcción del camino a Santa Cruz, y el plan Grether para la colonización agrícola.
En 1929 salió al aire la primera emisión radial en La Paz a cargo de los hermanos Costas y radio Nacional.
También en 1929 Chile y Perú firmaron un tratado por el cual Chile no podía ceder a un tercer país (Bolivia) territorios que habían sido originalmente peruanos, con lo que se puso un cerrojo más a la demanda marítima.
En el Chaco boreal se produjo el incidente de fortín Vanguardia que fue atacado por tropas paraguayas. En represalia Bolivia tomó los fortines Boquerón y Mariscal López. En esa situación Siles prefirió la negociación y la paz que se logró en esa oportunidad.
El intento errado de prolongarse en el gobierno llevó a Siles al desastre. En mayo de 1930 renunció y dejó el mando en manos de su gabinete para habilitarse en las elecciones. En junio el gobierno fue derrocado por un movimiento militar apoyado por civiles, el expresidente fue exilado y su casa saqueada.
Se instaló en el poder una junta militar presidida por Carlos Blanco Galindo quien convocó a un referéndum para modificar la Constitución en el régimen económico, la elección presidencial y los derechos y garantías ciudadanos.
El aporte crucial de este gobierno, bajo la influencia de Daniel Sánchez Bustamante, fue la imposición de la autonomía universitaria y una reforma educativa, particularmente en el ámbito de la administración. Las elecciones fueron ganadas por los genuinos de Daniel Salamanca.